El uso de gafas de ciclismo es primordial para la salud y protección visual, así como para obtener un mejor rendimiento.

En el ciclismo la velocidad adquirida es inferior a la de los deportes con vehículos motorizados, pero el cuerpo en su conjunto y la cabeza en particular suelen estar menos protegidos debido al tipo de protección utilizada.

Las caídas suelen provocar erosiones superficiales en la cara con implicación corneal en caso de entrada de cuerpos extraños como piedra o gravilla de la carretera. Las conjuntivitis infecciosas por entrada de partículas o las conjuntivitis alérgicas por polen recogido durante el paso por rutas con abundante vegetación, son una patología frecuente del ciclista. Una montura ligera pero robusta y unas lentes de calidad minimizan los riesgos de ese tipo de lesiones.

La utilización de gafas para ciclismo con filtros absorbentes que protejan contra la radiación UV también es fundamental en esta actividad.

Practicar este deporte requiere unas gafas deportivas capaces de garantizar:

1. Protección contra caídas y golpes gracias a una montura de material robusto y flexible.
2. Diseño envolvente con ajuste facial ergonómico y protecciones laterales para evitar la entrada de reflejos. Se recomienda el uso de lentes de base 8 al proporcionar una mayor cobertura.
3. Terminales de las varillas y plaquetas nasales con buena sujeción y ajustables.
4. Sistema antivaho: buena ventilación de las lentes para reducir la posibilidad de empañamiento.
5. Peso mínimo. Hay modelos de menos de 30 gramos.
6. Protección contra el viento, polvo y golpes causados por caídas usando lentes con tecnología antirotura.
7. Lentes que eviten reflejos durante la práctica del ciclismo provocando accidentes inesperados y de consecuencias impredecibles.
8. Diseño aerodinámico para cortar el viento evitando la deshidratación ocular por evaporación de las lágrimas producidas por el lagrimal. Esto también contribuye a evitar la entrada de partículas de suciedad que puedan flotar en el ambiente.
9. Protección total frente a los rayos ultravioleta, especialmente importante tras varias horas de exposición a los efectos del sol.
10. Un buen complemento es el uso de gafas polarizadas y/o fotocromáticas para evitar reflejos y adaptarse a condiciones luminosas variables.

Montura

El material de la montura conviene que sea de un plástico fino, muy ligero y flexible. Hay que tener en cuenta que si son rígidas no se adaptarán bien.

–  Minimizar el peso de la montura. La ligereza es un factor decisivo en las gafas de deporte. Cuanto más ligeras menos se notan. El hecho de que sea ligera genera un efecto de máxima comodidad durante el uso.

–  Comodidad y ergonomía. Es conveniente que las gafas sean envolventes y que queden muy bien ajustadas a la curvatura de la cara. Es importante que permitan ajustar el puente nasal a dos o tres tamaños diferentes y que las varillas pueden ser adaptadas a alturas diferentes. Las varillas han de ajustarse perfectamente a la forma de la cabeza y ser funcionales debajo de una gorra o visera. Materiales como el  Grip™ situado en los extremos de las varillas garantiza una buena sujeción.

–  Sudadera. Es interesante que las gafas tengan un recubrimiento en la parte interna del frontal para que la montura quede bien fijada a la cara y no se deslice debido al sudor. Hay sudaderas que tienen unas pequeñas salidas de ventilación para que las lentes no se empañen por el sudor.

–  Máxima protección frente a los rayos solares dañinos. Las gafas de deporte deben proteger contra los rayos UVA, UVB y UVC y también contra el polvo, insectos y otros molestos.

Gafas graduadas entregadas a clientes

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